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| Foto tomada de: Google Image 2013 |
En el país, sobre todo en la capital, a modo de ejemplo, hace varios años atrás este problema era aún más grande de lo que es hoy. Era normal ir por las calles o en autobús y que los niños se acercaran a ofrecer cualquier tipo de producto o a pedir limosna. Y en la mayoría de las casos, quienes estaban frente a nuestros ojos no lo hacían por iniciativa propia, sino por obligación de alguien mayor a ellos.
Esto, tal vez, pudo haberse entendido como esclavitud, pues se supone que si no lo hacen ellos porque así lo quieren, obviamente hay alguien que los obliga a trabajar de esta manera, haciéndoles olvidar que en lugar de ese tipo de vida podrían estar estudiando, educándose y formándose para en un futuro contar con un título que les permita desenvolverse en un lugar con condiciones laborales dignas y desarrollar una actividad de desempeño laboral cuando cuente con la mayoría de edad.
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